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3 formas de prepararte para Pésaj

Abrazando la oportunidad espiritual del mes judío de Nisán.

Estamos entrando en el mes judío de Nisán. En este mes dejamos Egipto en el último minuto. Corrimos con nuestras pertenencias colgadas sobre nuestros hombros y nuestro pan sin leudar. Después de todos los milagros y las plagas que Ha Kadosh Baruj Hu había hecho para nosotros, ¿por qué tuvimos que irnos con tanto apuro al final? ¿No podía Ha Kadosh Baruj Hu haber organizado todo para que pudiéramos tomarnos nuestro tiempo para empacar y organizar nuestra partida?

Es precisamente en el espacio entre lo familiar y lo desconocido en donde debe ocurrir el cambio a la velocidad de la luz. Es difícil dejar atrás lo que conocemos. Es difícil dejar ir los cómodos contornos de nuestras rutinas. Y esto es lo que el mes de Nisán nos exige: que comencemos de nuevo. Que crucemos el mar hacia un desierto no definido por el tiempo o el espacio. Que nos redefinamos a nosotros mismos y a nuestras vidas en un lugar al que solamente podemos acceder si tomamos conciencia del poder de un minuto.

Porque cuando somos apasionados por una meta, cuando queremos ir más allá de donde estamos hoy, las rutinas de nuestras vidas se condensan en una pequeña ventana de oportunidad. Es por eso que no podemos dormir, no podemos comer, no podemos ni siquiera respirar cuando estamos llenos con la singular determinación de tener éxito.

Presta atención a  la siguiente historia:

Había un hombre joven que quería ganar mucho dinero. Él fue con su gurú y le dijo, “Quiero ser tan exitoso como tú”. El gurú le dijo, “Si quieres ser tan exitoso como yo, te veo mañana en la playa a las 4 a.m.”.

El joven llego ahí a las 4 a.m. vistiendo su mejor traje. Debería haberse puesto pantalones cortos. El gurú tomó su mano y le preguntó, “¿Cuántas ganas tienes de ser exitoso?”.

“Muchas”.

El gurú le dijo, “Camina hacia el agua”.

El joven se metió hasta la cintura en el agua pensando, “Este tipo está loco. Yo quiero ganar dinero y él me tiene aquí nadando. Yo no pedí ser un salvavidas”.

“Anda un poco más adentro”, dijo el gurú.

Entonces caminó un poco más adentro hasta que el agua estaba hasta sus hombros. “Entra un poco más”. Estaba justo en su boca. El joven pensó para sí mismo, “No voy a ir más allá que esto”.

Y entonces el gurú le dijo, “¿Yo pensé que dijiste que querías ser exitoso? Camina un poco más”. Entonces metió la cabeza del joven bajo el agua y lo sostuvo abajo por un minuto. Después lo levantó y le dijo, “Tengo una pregunta para ti. ¿Cuántas ganas tienes de tener éxito? Porque cuando quieras tener éxito tanto como quieres respirar, entonces serás exitoso”.

Así querían los judíos dejar Egipto. Ellos lo querían más de lo que querían comer, más de lo que querían dormir, más de lo que querían incluso respirar. Cuando llegaron al Mar Rojo, estaban atrapados: sus enemigos detrás de ellos y el agua frente a ellos. Pero quizás más de lo que ellos querían pasar de la esclavitud a la libertad, Ha Kadosh Baruj Hu quería liberarlos.

Junto con el profundo deseo de ir más allá de los límites del pasado está la garantía de que Ha Kadosh Baruj Hu nos ayudará si nosotros damos el salto. Si entramos un poco más en el agua; si nos sumergimos en el cambio y éste llena nuestras bocas, nuestros hogares y nuestros corazones. Pero si demoramos y nos tomamos nuestro tiempo, puede que nos perdamos la oportunidad. A veces necesitamos ir a la playa a las 4 a.m. listos para entrar en el agua. A veces es en esa fracción de segundo, cuando enfrentamos las ilusiones que ocupan demasiado espacio y tiempo, que nos vemos enfrentados con una elección: ¿tendremos el valor de dejar el jametz, la pesadez, lo superfluo atrás para adentrarnos en el mar, para cruzar el desierto, para escuchar a la Fuente de nuestras vidas diciéndonos: ve un poco más allá? Si quieres lo que tengo para darte, tienes que caminar un poco más y entrar en el agua.Bh..

3 formas de prepararte para Pésaj

El poder espiritual del mes de Nisán está disponible para nosotros también. Igual como Ha Kadosh Baruj Hu sacó al pueblo judío de Egipto, él nos saca a cada uno de nosotros de la angosta confusión que puede ensombrecer nuestras vidas. He aquí tres formas a través de las cuales podemos conectarnos con la energía de este mes y comenzar a prepararnos para Pésaj:

1.    Estudia la Hagadá: La Hagadá que leemos la noche del Séder está llena de ideas profundas y detalles de nuestra historia. No esperes a que llegue Pésaj para leerla; podemos sacar tanto más de la festividad si la estudiamos antes. Descubre la maravillosa historia de nuestro pueblo, una historia que ha sido contada de generación en generación por más de 3.000 años. Tenemos que conocer la historia para entender el verdadero poder de nuestro potencial.

2.    Conecta las generaciones: Una de las partes más preciosas de Pésaj no es solamente hablar sobre nuestra historia sino honrar el proceso de transmitir sabiduría de una generación a otra. Habla con miembros mayores de la familia sobre sus experiencias. Haz que ellos compartan sus historias de vida con tus hijos. Te sorprenderás de cuánto no sabías sobre tu propia historia familiar. Parte de lo que siempre nos ha hecho fuertes y duraderos como nación es el vínculo único entre las generaciones. Conviértete en un eslabón de esta cadena. Desde tus hijos a los hijos de tus hijos; cada uno de nosotros tiene algo que contribuir.

3.    Simplifica: Deshazte de las cosas inapropiadas en tu vida que te tiran para abajo. El proceso tradicional de limpiar nuestras casas de jametz nos permite dejar atrás el bagaje emocional también. Tira no solamente las cosas que te bloquean espiritualmente sino también las actividades y rutinas que te hacen desperdiciar tu tiempo y energía. Bh…

En este mes, en este minuto, podemos comenzar de nuevo. Solamente tenemos que querer tener éxito más de lo que queremos cualquier otra cosa y saber que Ha Kadosh Baruj Hu lo quiere para nosotros incluso más que eso. ¿Cuántas ganas tienes de ser libre? Porque en cierto punto, debemos ser capaces de dejar que el agua llegue más arriba de nuestra cabeza. Debemos correr hacia Él en el desierto llevando nada más que nuestros corazones. Querer Su amor incluso la mitad de lo que Él quiere el nuestro.

Porque este es el mes donde cada minuto, cada pequeño paso, cuenta.

 

En un mundo dominado por la abundancia de distracciones, Pesaj les brinda a los padres una oportunidad para conectarse con sus hijos en una manera sumamente significativa y mágica.

Yo asumo que:

1. Ustedes aman a sus hijos.

2. Sólo quieren lo mejor para ellos.

3. Cuando ellos están felices ustedes se revitalizan.

4. Cuando ellos están deprimidos, en una rutina, o confundidos, ustedes se preocupan, posiblemente hasta pierden el sueño.

5. Desearían poder hacer más por ellos, mejorar la relación que tienen, pero no saben cómo, o nunca encuentran el tiempo para hacerlo.

Si no se sienten identificados con estas cosas, entonces pueden cerrar esta página de enseñanzas y volver a sus iPods o a sus ensaladas.

Pero si estos supuestos son correctos, entonces, quiero compartir un mensaje que no es ni nuevo ni revolucionario, pero es un importante recordatorio que todos podemos utilizar.

Nuestros hijos están creciendo en un mundo muy, muy loco. Todos lo sabemos. Es un mundo en donde bien y mal parecen ser sinónimos, en donde hay más matrimonios que se disuelven que los que perduran, en donde las adicciones son normales, en donde no puedes esperar en la cola del supermercado o escuchar la radio sin sonrojarte, y en donde la gente utiliza Internet para alquilar sus frentes como espacio publicitario. Y en el medio de esta porquería estás intentando criar niños sanos, felices, productivos, NORMALES. ¡Buena suerte!

Cuando son niños, eliges con mucho cuidado sus escuelas, sus amigos, sus ropas y su música. Los llevas al parque (menos a menudo de lo que deberías) y los vendas y abrazas cuando se caen. Y esperas lo mejor. Puede que hasta reces un poquito… sólo por si acaso. Pero no son niños por mucho tiempo, ¿cierto? No, ya no. Tu espacio para la influencia efectiva está disminuyendo rápida y firmemente.

En resumidas cuentas. ¿Qué puede hacer una madre (o un padre)? ¿Qué puedes hacer para que sus aritos permanezcan en sus lóbulos, sus corazones en lugares sagrados, y sus valores intactos?

La respuesta es, en parte, Pesaj.

Más que ninguna otra festividad, Pesaj es para los niños. Les brinda a los padres una oportunidad de conectarse con sus hijos de una manera sumamente significativa y mágica. Es una oportunidad que no quieres perderte.

Más allá de tu nivel de interés, observancia o compromiso, es muy probable que vayas a un Seder (quizás a dos, a menos que residas en Israel). De alguna manera el Seder, a través de los años, se ha convertido en el emblema de la judería occidental. El Seder es lo único que queda. Si eres judío, vienes. Se ha convertido en la insignia del Club Judío. Puedes gruñir y lamentarte, puede que le tengas pánico y que te irrite, pero se siente mal si no vas. Por lo tanto, vas.

Y si vas todos los años a lo de tu abuela o a lo de tu tía con una cara que dice: “Voy a hacer de esto lo mejor que pueda”, estás en buena compañía. Ese es el mantra de la mayoría. Es una pena.

Existen Sedarim de todas las formas, tamaños y coreografías, de largos a más largos, animados con canturreos, significativos con debates. Por ahora, tú sólo sigues la corriente. Entiendes poco, tu reloj parece necesitar con desesperación una pila nueva, y estás contento de que por fin te acordaste de comer antes de venir. ¿Pero adivina qué? No tiene por qué ser así. Este año, puedes dejarle la amargura a las hierbas. En serio.

¿Mi consejo? Pon tu fatiga, tu apatía y tu aburrimiento a un lado y enfócate en los niños. Haz que sea su noche… una noche que puedan y deberían recordar. Dedícales esas pocas horas enfocándote en sus necesidades, en sus intereses y en sus ideas. Dependiendo de su edad, por supuesto, hay innumerables maneras de estimularlos. Escucha sus preguntas y hazles otras. Cuéntales historias y observa sus expresiones. Valora toda observación y deléitate en su asombro.

Como ocurre con cualquier esfuerzo, gran parte del éxito de esta operación depende del nivel de tu preparación y de tu inversión. Si esas dos palabras te asustan, con certeza eres normal. Yo sé. Las inversiones siempre deben ser planeadas con el cuidado apropiado y la preparación será buena siempre que no hayas tenido que prepararte para ella. Pero en un mundo dominado por la diversidad de las distracciones, los niños están simplemente muriendo por un poco de atención. Y si no la obtienen de ti, la encontrarán en otro lado – casi siempre en lugares que te espantan.

Entonces la clave es la preparación. Lee una parte de la Hagadá en español unos días antes del Seder. Haz una lista (bueno, una lista mental) de preguntas que tienes sobre ella. Estudia un comentario sobre el mismo tema – hay literalmente miles (¿alguien dijo Google?). Llama a un rabino y pídele que te cuente una historia del Seder de antaño del abuelo. Encuentra un sitio de internet (http://judioshoy.wix.com/ashreiguttman ) que ofrecen una gran cantidad de ideas, recetas y actividades prácticas que pueden mejorar la experiencia del Seder de Pesaj de tus hijos.

Pesaj posiblemente celebra el evento más trascendental de la historia judía – la liberación del pueblo judío de la esclavitud en Egipto. ¡Este evento es tan grandioso que Ha Kadosh Baruj Hu lo utiliza para identificarse a Sí mismo en el primero de los Diez Mandamientos! Yo soy el Señor, tu Ha Kadosh Baruj Hu, Quien te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. Al no utilizar la descripción más obvia de que Él es el Creador del mundo, Ha Kadosh Baruj Hu declara en ese momento y para toda la eternidad que Él es mucho más que el arquitecto del universo. Está, de hecho, involucrado en el destino diario de Sus creaciones. Ahora, ese es un mensaje poderoso para darle a todos los que están sentados alrededor de la mesa del Seder.

Mi suposición (esperanza) es que los beneficios y el disfrute que esta dedicación y esta preparación generarán serán tan grandes que decidirás extenderlos durante todos los días de Pesaj. Es el momento perfecto para tomarse un poco de tiempo libre de tu trabajo e invertir en tus hijos. Hoy en día le llamamos ‘hacer lazos’. Visiten un parque, un museo, o un asilo de ancianos. Hagan algún truco viejo, pasen una hora construyendo algo de yeso, de vidrio, o de lo que se te ocurra, u horneen una torta de Pesaj para ustedes y para los abuelos.

Por generaciones, tus ancestros entendieron que el lazo creado en Pesaj es una inversión única e invaluable.

Utilizalo al máximo. Tus hijos te amarán por ello.

 

 

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